Salimos de Hanoi en transporte privado ya que para nuestro primer día en la bahía hemos reservado en un operador de la capital un mini crucero de dos días y una noche con todo incluido por 150 dólares por persona. Será en la zona norte de la bahía, Ba Hai Long, que quiere decir el hijo del Dragón. La bahía es patrimonio de la Humanidad desde 1994 y también es una de las 7 maravillas naturales del mundo moderno.
El viaje que dura casi 4 horas tiene una parada estratégica para embaucar turistas en un macro lugar comercial muy lujoso, luminoso y organizado y con casi todas las cosas imaginables que puedas comprar para llevar a casa.
Una lanchas nos llevaran desde el puerto hasta nuestro espectacular yate y después del cocktail de bienvenida com música local, haremos el check in y nos darán nuestra habitación, un camarote de lujo con balcón y todas las comodidades propias del mejor crucero. Es la hora del almuerzo un buffet lunch al que no le falta detalle todo tipo de comida e incluso con las posibles intolerancias de los pasajeros.
La primera parada será para realizar la actividad de los kayac después de disfrutar una deliciosa sobremesa en la cubierta superior viendo esta maravilla de bahía llena de peñascos e islotes. Cuenta la leyenda que los vietnamitas tenían que defenderse de los chinos que querían invadir su país a través de esta bahía. El emperador de Jade envío unos dragones celestiales para ayudarlos que escupían enormes joyas en el mar que al apagarse formaban cientos de islotes que hacían de muralla natural para defenderse de sus enemigos quienes acabaron por desistir de su invasión.
Por la tarde ademas de la vuelta a los islotes en kayac hicimos una excursión en un islote para ver una enorme cueva cuya salida es a un espectacular mirador. Pero lo mejor es que la bajada se hace por detrás y se llega a una de las playas mas bonitas e impresionantes que habíamos visto hasta entonces. Situada entre grandes islotes y de fina arena este tranquilo lugar es lo mas parecido al paraíso que puedo con palabras explicarte.
A la vuelta al barco disfrutamos de un delicioso atardecer en cubierta y de fondo cientos de islotes y barcos típicos vietnamitas, una imagen de postal que estos ojos tuvieron la suerte de disfrutar. Después al ir cayendo la noche y antes de disfrutar de nuestra deliciosa y elegante cena tuvimos una divertida clase grupal para aprender a hacer los famosos pollitos de primavera. Algunos mas habilidosos, como mi chica, y otros mas torpes, como yo; pero todos disfrutamos como niños preparando nuestros propios «spring roll» que por supuesto luego nos comimos una vez cocinados en nuestro particular «Show Cooking».
A la mañana siguiente unos pocos nos levantamos para ver amanecer en esta hermosa bahía tras lo cual participé en unas clases de «tai chi» con mas voluntad que resultado pero que en cualquier caso me aportaron muy buena energía sobre todo gracias a la música y la paz que transmitía el profesor y muchos de los participantes.
La ultima actividad del día es la visita a uno de los pocos poblados marinos que siguen viviendo aquí en la bahía. Son granjas de perlas con las que los granjeros se ganan la vida comerciando con ellas e intercambiando alimentos básicos para vivir. En este lugar está prohibido entrar a motor por lo que habremos de hacer la visita a toda la zona en barcas tipo «long tail» y que son manejadas por mujeres. pasaremos por cuevas y angostos pasadizos, visitaremos los criaderos y conoceremos como viene estas simpáticas personas que incluso tienen una pequeña escuela para sus hijos. Toda la aldea es flotante y cuesta imaginar como muchas de estas personas no conocen lo que es pisar tierra firme durante toda una vida. Un lugar muy especial sin duda al que ahora la llegada del turismo quizá haga perder mucho de su encanto.
Todos nuestros compañeros de crucero volvían a Hanoi después del almuerzo pero nosotros decidimos quedarnos en la misma bahía, en la pequeña ciudad de Tuan Chau en un hotelito muy barato 20 dórales con piscina y vistas espectaculares a la bahía. Disfrutamos del atardecer y sobre todo de la noche con una celebración de boda con baile y diversión hasta bien tarde.
Al día siguiente me apunté a otro minicrucero de un día bastante mas barato y popular para visitar la parte sureste y suroeste de la bahía. Mas de 80 barcos salen simultáneamente sobre las 11 de la mañana rumbo a las islas. Nada que ver con el día anterior pero muy divertido y sociable. Todo el mundo compartimos algunas de las cosas que llevamos para almorzar y así probé un te con concentrado de guisantes que estaba buenísimo y unas tiras de pulpo seco riquísimas.
En el trayecto vas viendo diferentes islotes que el capitán anuncia con el nombre sugerido local y de fácil interpretación: Islote del Perro, de la Gallina, del Beso, etc. Si no fuera por la multitud de barcos que estamos atracando, esta zona sería mucho mas espectacular. Se visita la imprescindible Dau Go Island, donde se asciende a un mirador impresionante antes de entrar en la famosa cueva del mismo nombre . También visitamos la Monkey Island donde los monos ponen a prueba el control de tus pertinencias.
Pero sin duda la mejor visita del día es a Tip Top Island. Muchísima gente. Pero da igual. Esta isla fue un regalo a un coronel del ejercito ruso. Una larga subida por escaleras te lleva a uno de los miradores mas famosos de Halong Bay y foto de casi todos los catálogos de los touroperadores.
Un nuevo atardecer viendo los últimos rayos de sol camino del puerto terminaran de enamorarte, si es que no lo estas ya, de este mas que justificado Patrimonio de la Humanidad. Nosotros volveremos a Hanoi directamente al aeropuerto, un viaje en taxi de unas 4 horas, para coger el avión que nos llevará a nuestro siguiente y esperado destino: Filipinas.
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Algunos finales no avisan, así que mejor vive como si todo fuese un principio. ECDV.
No pienses tanto. Deja que la vida te sorprenda. ECDV.
Rodéate de personas con Luz y veras todo mucho mas claro. ECDV.
Quizá te des cuenta algunos día, que la Vida no exigía tanto de tí, tanto cansancio, tanto sacrificio. Tal vez solo te pedía que fueras feliz. J.L. BORGES.
José Andrés. Noviembre 2018.
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