A Panamá llegamos procedentes de Santiago de Chile en un vuelo de unas 6 horas con la aerolínea panameña Copa. Aterrizamos a las 6 de la mañana y disponíamos de solo 24 horas para conocer la ciudad. Afortunadamente los trámites de inmigración son muy rápidos en una ciudad muy acostumbrada al tránsito internacional. La primera sorpresa es que la moneda nacional, el balboa, apenas se usa en todo el pais y nadie los coge ni pueden verse en circulación. En su lugar, cómo no, se usa el todopoderoso dólar de los yankies.
Lo primero que compramos fue una tarjeta travel-pass que te permite coger cualquier transporte público durante todo el día. Cuesta la tarjeta 3$ mas de 5$ de recarga y es de uso ilimitado. El sistema de transporte es de los mejores que hemos visto en el mundo, y no exagero. El modernísimo metro aéreo poco tiene que envidiar al de Dubai. También hay que decir que llegamos justo la semana que se estaban celebrando las jornadas mundiales de la Iglesia Católica para la Juventud en 2019. Un evento multitudinario que reunía a cientos de miles de jóvenes peregrinos de todo el Mundo para escuchar al papa Francisco. Hay que recordar que en todo America Central y Sudamérica hay muchísimos devotos de la religión cristiana católica. Y por ese motivo toda la ciudad, las calles, los transportes, los parques, y todos los lugares públicos se habían engalanado para esta visita del Santo Padre.
La primera de nuestras visitas, y más que obligada, fué a las esclusas del famoso Canal de Panamá. La suerte nos acompaña. Hoy es Lunes y los Lunes nunca abren al público para visitar el canal, pero con motivo de la visita del papa y la gran cantidad de visitantes este día también esta semana esta abierto. Durante dos horas en un espectáculo multitudinario de ir y venir gente estuvimos disfrutando del paso de los enormes buques a través de este ingenioso sistema de aguas que consiguen salvar las diferencias de nivel entre uno y otro lado. La cara que pondría el amigo Arquímedes si viera este sorprendente resultado.
Albrux es el nombre de la parada central de autobuses desde donde van y vienen todas las guaguas hacia en lugar que quieras. Desde aquí fuimos al canal y también al centro ciudad. Desde la parada de la avenida 5 de Mayo puedes ir andando al mercado del marisco y al casco antiguo. Para acceder al casco antiguo se cruza un puente que te lleva a la carretera Hispanoamericana, su nombre es el puente de las Americas. A lo largo del puente se pueden divisar las 194 banderas de todos los países del mundo reconocidos por las Naciones Unidas.
Al fondo se puede ver la ciudad nueva, moderna y con rascacielos. Esta area nueva se construyó sobre la antigua capital arrasada por el pirata ingles Morgan, auspiciado por la Corona Británica, como era habitual en la época, para atacar y robar en las posesiones españolas. Sobre aquellas cenizas se asienta hoy el corazón de la nueva capital y su centro financiero.
Afortunadamente el casco antiguo se conserva como en la época colonial. De suerte que esta visita del papa ha ayudado a que estén las calles muy embellecidas y limpias y así tuvimos la suerte de disfrutar de uno de los mas espectaculares barrios y mejor conservados de Hispanoamérica. La Catedral, la Plaza de Armas, los edificios, las calles, todo de una belleza sin igual. Visitamos la estatua del emperador español Carlos I y pudimos comprobar hablando con la gente el cariño de nuestros hermanos panameños hacia nuestro pasado común.
La ultima parte de la tarde la pasamos en Metromall, un enorme centro comercial. Teníamos compras que hacer para llevarnos a Cuba y aquí encuentras de todo y a muy buenos precios. para terminar decir que mucha gente me había comentado que esta ciudad era muy fea y que no valía la pena. Nada mas lejos de mi visión. Me encantó la ciudad y la recomiendo encarecidamente.
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Toda la sabiduría humana está contenida en dos palabras: espera y confía. ALEJANDRO DUMAS.
Un día alguien te va a abrazar tan fuerte , que todas tus partes rotas se juntaran de nuevo. JODOROSWKI.