SAMOA

Nuestra visita a Samoa duro cinco días con sus cuatro noches. No nos acompañó mucho el tiempo, tuvimos bastante lluvia pero con las treguas que daban los chaparrones pudimos visitar muchos preciosos e increíbles lugares de esta maravillosa isla.
La isla principal es Upolo, a donde llegamos aterrizando en su aeropuerto internacional de Faleolo. Llegamos a las 2 de la madrugada procedentes de Fiji. A la llegada alquilamos un confortable Toyota Airis en la agencia Avis. En unas dos horas recorrimos la carretera que te lleva de oeste a este para dormir en el coche en la famosa playa de la Lalomanu, En el trayecto apenas vimos dos o tres coches, teniendo en cuenta que eran las 4 de la madrugada, cruzamos la capital Apia, donde lo único abierto era un Mc Donalds que nos permitió tomar algo para reponer fuerzas. Al amanecer pudimos comprobar que no exageran cuando dicen que está playa es de las mejores del Pacífico.
Hay muchos fales donde alojarte y dormir. Un fale es como una choza elevada y redonda o hexagonal que está abierta por todas sus caras. Para dormir se sueltan del tejado unas cortinas de plástico para protegerte de la lluvia, de la noche y de los curiosos. Además te facilitan una mosquitera, colchones y sabanas en las que son de pago. Nuestra idea era dormir aquí el primer día, pero decidimos marchar y volver otro día ya que estaba empezando a llover y no hubiera sido una buena idea pasar un día con fuertes lluvias en este alojamiento tan frágil. Así que nos fuimos de nuevo a la capital Apia y buscamos un hostal limpio y barato llamado Mataoga.
En el camino hacia la ciudad vimos las cataratas Sopoaga, unos espectaculares saltos de agua que se ven abajo de un cortado montañoso. Para acceder a ellas hay que pagar una pequeña entrada a una amable señora que te muestra un precioso y muy cuidado jardín del que ella misma se ocupa. Cacao, Cafe, Canela, Mango, y otros muchos árboles en un jardín maravilloso. En la ciudad nos dirigimos al mercado central y compramos deliciosa fruta que sería nuestra dieta para ese día.
Al día siguiente fuimos a ver la cosa museo del escritor Robert Louis Stevenson que vivió y murió en este paraíso de isla. Como amante de la literatura de aventuras, disfrute mucho de la visita por la enorme mansión, escuchando fabulosas historias del autor de la Isla del Tesoro. Si quieres puedes visitar su tumba pero has de emplear dos horas en subir a la colina donde dejó escrito fuera enterrado y se cumplieran sus tres deseos: ser enterrado allí en lo alto, con las botas que le habían llevado a tan fantásticos lugares y por último que se le cantara en su entierro la canción que compuso para ese momento. Esta canción también la canta el personal que te hace la visita al final del tour por la vivienda.
No lejos de allí, y entre estos bosques espectaculares pudimos visitar un lugar llamado Sliding Rocks, una especie de toboganes naturales de roca y piedra donde baja el agua y por los que puedes deslizarte. Como en esta época no hubo lluvias hasta nuestra llegada, resultaba algo peligroso las bajadas con poca agua así que lo disfrutamos el lugar pero con poco riesgo. Este lugar y todos los demás que vimos están muy bien cuidados, así como jardines, parterres y también las calles y carreteras. Muchos funcionarios cortando el césped en los márgenes de las carreteras que nos contaban lo orgullosos que estaban de cuidar su tierra y su entorno. Preciosas flores rojas y amarillas a ambos lados de la carretera alegran la vista de los conductores por toda la isla. En el camino ves muchos pájaros, petirrojos sobre todo, y también otros parecidos a la perdiz que no levanten el vuelo y que cruzan la carretera. Yo pensaba que eran kiwis como en Nueva Zelanda pero parece ser son una especie autóctona de la isla que no aprendí su nombre. También se cruzan muchas vacas, cabellos y cerdos pequeñitos en familia que van comiendo hierba por todos lados. Los autobuses son muy chulos y coloridos, de estilo de autobús de colegio norteamericano.
En la isla hay bastantes resort para público de poder adquisitivo alto, casi todos cerrados en esta época, justo hoy es el día después de Reyes. En algunos de estos lugares puedes comer ya que los restaurantes están abiertos. Nuestro favorito fue el Sea Breezer. Un lugar paradisiaco en una cala perfecta con su pequeña isla en El Centro, rodeado de frondosos árboles y cuidadisimo como es costumbre en la isla. Disfrutamos de una  deliciosa comida junto al mar solo interrumpida por una lluvia ligera pero incesante.
Hay un precioso lugar junto a la playa llamado Return to Paradise, que es un espacio privado con muchas fales y que lo regenta un tal Mes, para nosotros Messi. En este lugar no hay turistas solo samoanos con los que puede compartir música y risas. Las familias llevan comida, bebida y equipos de música, alquilan por unos tres euros el fale para cada grupo y pasan el día en compañía. Yo pensaba que este era el nombre del lugar donde se hizo la película Retorno al Paraíso, y mi amigo Messi, me indicó que eses lugar ahora es un resort que sea a unos tres kilómetros, y que podía pasar allí de vista como así hicimos. Pero nada mucho escaparate pero poco auténtico, así que volvimos al primer Paraiso a seguir disfrutando la tarde y la puesta de Sol junto a los simpáticos samoanos.
Visitamos también otro lugar muy especial al suroeste de la isla, The Giant Clams, una playa con almejas gigantes, como volantes de coches. Es un lugar protegido por tanto no se permite tocarlas y mucho menos cogerlas. Para verlas has de entrar nadando con aletas una largo distancia y una vez en la zona que está señalizada con boyas, puedes sumergirte apenas metro o metro y medio y verlas. Cuando te aproximas y las ver cerrarse así de grandes, de verdad que impresiona.
En Apia cenamos en un bonito restaurante italiano llamado Paddels, cuyo simpático dueño nos contó muchas historias además de ofrecernos una excelente cena mediterránea. En la ciudad es el único sitio donde puedes comprar algún detalle para llevar, y en nuestro caso las famosas banderas que adornan nuestras mochilas. Camisetas del país y magnéticos completan nuestras compras.
Tusua Ocean Trench, es el lugar más espectacular de la isla. Se trata de un cenote, de origen volcánico este pozo natural está inundado de agua Del Mar, muy próximo al acantilado. Este tiene una larga escalera espectacular que te baja hasta la base del agua que con su color verde esmeralda transparente  te deja cautivado desee que te asomas. Desde abajo puedes nadar hasta otra cueva próxima guiado por una cuerda a la que puedes asegurarte.
Cerca de aquí pudimos ver otra vez los Blow Holes, muy parecidos a los que vimos en Tonga aunque no tan espectaculares, fundamentalmente porque el agua no llegaba con tanta violencia. Para bajar a ellos hay que hacerlo por una zona de jardines cuidadisimos, una vez más, y abajo hay enormes piscinas naturales que puedes cruzar en el intervalo entre subida y bajada de marea.
El concepto de fale se ve por toda la isla, también como centro de reunión, colegios, incluso Iglesias. Así pueden verse estas construcciones abiertas, solo con las columnas del perímetro y el techo siempre hecho de palmas de plátano secas, y unas cortinas de plástico enrolladas arriba que cuando llueve las dejan caer.
La población samoana es muy religiosa, enfrente de las casas ves las tumbas de sus familiares muy bonitas y mejor cuidadas con flores.
En el norte está la principal zona de alistamiento de ballenas se llama Papalea, que también es un precioso arrecife de coral al que puedes acercarte en barco. Desafortunadamente nosotros no pudimos por el temporal tan malo que tuvimos. Tuvimos que conformarnos en pasear por el embarcadero y tomar te en la casa del barquero.
También al norte está Piula Cave Pool, una piscina natural con agua de mar y muchos peces de colores, otra visita que no pudimos disfrutar más que de lejos también por el tema del temporal.
Samoa, una preciosa isla, nada cara, apenas nos gastamos 600$ samoanos, unos 100€, incluyendo comidas alojamientos y desplazamientos.  Lo mejor, por supuesto, su encantadora gente.
Mes nos enseño algunas palabras como Hola que se dice Talofa, Adiós se dice Tofa Saifua, y Gracias que se dice Faftai Lava. Ah, y la excelente cerveza Vailima.
Vive un día cada día. No te acuestes y pongas la «máquina del tiempo». No digas nunca no tengo tiempo. Este momento contiene todo el tiempo disponible en el Universo. Usa el tiempo como una medicina, aceptando el  momento presente, en lugar de como un veneno, resistiéndote. Las pausas que tanto enojan a tu EGO son necesarias. El tiempo es un medio y no un objetivo.

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